![]()
La Policía Nacional analiza dos teléfonos celulares hallados dentro de la vivienda donde cinco jóvenes fueron asesinados la madrugada del 4 de noviembre en el cantón Urdaneta, Los Ríos. Los dispositivos podrían revelar si alguno de los fallecidos tuvo relación con un hecho violento ocurrido la noche anterior en Ventanas.
Este hallazgo abrió nuevas líneas de investigación, mientras agentes de la Dinased tratan de esclarecer este quíntuple crimen que ha conmocionado a la parroquia Ricaurte.
El ataque ocurrió en una casa ubicada en la avenida Antonio Guerra y Ernesto Casal, donde los cuerpos de Magno de Jesús Zúñiga Arias (23), Josué Elías Medina Macías (18), Carlos Alberto Campuzano Basantes (25), Óscar Omar Tohinga Villegas (21) y Manuel Gilmar Pérez Villegas (19) fueron hallados con múltiples impactos de bala. Los asesinos irrumpieron violentamente y dispararon.
Peritos determinaron que la vivienda había sido alquilada apenas una semana antes a una mujer aún no identificada. Dentro solo había colchones y una cama, sin pertenencias personales ni electrodomésticos, lo que refuerza la hipótesis de que era un sitio usado de manera temporal.
El dolor
Entre los familiares, el dolor se mezcla con la impotencia. La madre de Manuel Pérez relató que hizo todo lo posible por mantenerlo alejado de los problemas. “Lo mandé a Manabí para apartarlo de la violencia. Le compré un solar para que empezara de nuevo, pero no quiso quedarse”, manifestó entre lágrimas.
Ella responsabiliza a su sobrino, Óscar Tohinga Villegas (también asesinado), de haberlo llevado a esa vivienda. “Mi hijo me escribió para pedirme dinero, decía que quería ir a Guayaquil a buscar trabajo. Fue la última vez que supe de él”.
Por su parte, la hermana de Josué Medina, el menor del grupo, retiró su cadáver para trasladarlo a La Unión. “Nos llamaron para avisarnos que estaba muerto. No sabemos nada más”, dijo con la voz entrecortada.
Los cuerpos fueron llevados a la morgue de Babahoyo, donde familiares los retiraron entre escenas de llanto. Muchos se negaron a dar declaraciones, por temor a represalias. En el barrio donde ocurrió la matanza también reina el silencio.
Posible venganza
Desde la madrugada del crimen, la pequeña casa estuvo rodeada de patrulleros, mientras peritos de Criminalística recogían vainas percutidas y otros indicios. Los investigadores revisaron cada rincón en busca de pistas que conduzcan a los responsables.
Según la Policía, una de las hipótesis apunta a una posible venganza entre grupos delictivos que operan en la zona, aunque no se descarta una conexión con el asesinato registrado horas antes en Ventanas. El rastreo de llamadas y mensajes encontrados en los celulares incautados podría ser la clave para esclarecer este caso.
Mientras tanto, esta localidad permanece sumida en el miedo. “Aquí ya no se duerme tranquilo, vivimos con el alma en vilo”, lamentó un comerciante del sector, reflejando el temor que se respira en esta zona golpeada por la violencia.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad y sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!