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En un hospital de Atuntaqui, en la provincia de Imbabura, un hombre de 40 años permanece acostado en una camilla con los ojos abiertos, pero sin reacción. Su cuerpo no responde, aunque sus signos vitales están estables. Los médicos no logran encontrar una causa clínica para explicar su estado catatónico.

Sin embargo, para la parapsicóloga y médium Esther Figueroa, detrás de este misterio hay algo más profundo. Se trataría de una entidad espiritual que lo ha perseguido desde la adolescencia.

Según contó la experta a Diario EXTRA, todo comenzó cuando el hombre, siendo muy joven, se mudó con su familia a una casa vieja. Entre los objetos abandonados del lugar encontraron un pequeño muñeco envuelto en trapos. Parecía un duende endemoniado.

El niño se encariñó con él y decidió quedárselo. Desde entonces, empezaron los episodios extraños. Veía sombras que se movían, ruidos nocturnos, rasguños en las puertas y la sensación de que algo lo observaba mientras dormía.

Con los años, esos eventos se transformaron en convulsiones. La familia le contó a Figueroa que le hicieron todo tipo de exámenes como encefalogramas, resonancias, estudios cardiológicos, pero nunca encontraron nada clínico que lo justifique.

¿Poseído por el demonio?

Lo que para la ciencia no tenía explicación, para Figueroa es la señal de un ataque espiritual porque antes de convulsionar, el señor sentía una presión fuerte en el pecho. Decía que una presencia lo sujetaba.

El último episodio ocurrió el fin de semana pasado. La hermana del afectado contactó de urgencia a la parapsicóloga después de que el hombre sufriera dos convulsiones consecutivas. Antes de la segunda habría gritado que “lo querían llevar”. Luego cayó y no volvió en sí. Desde entonces, permanece hospitalizado con los ojos abiertos, pero sin respuesta.

Para la parapsicóloga, el caso representa un tipo severo de infestación espiritual, la primera fase de una posesión demoníaca. Ella explica que existen cuatro etapas: infestación, obsesión, vejación y posesión. “En él se dieron casi todas al mismo tiempo”, detalló.

Según su observación mediúmnica, el aura del paciente desapareció por completo y fue reemplazada por una mancha negra, lo que, en su experiencia, indica la presencia de una fuerza externa que ha tomado control de su energía vital.

¿Cómo se puede sanar?

Su método, explica, combina oraciones, meditación y técnicas de energía. Primero hay que limpiar el entorno, liberar a la persona de objetos que la atan, bañarla y restaurar su energía con amor. “El amor es la clave. No se trata con violencia, sino con sanación”, afirmó.

Cuando la víctima logra reaccionar, se inicia el ritual de liberación. La médium emplea oraciones como La Magnífica o el Cruz Sacra en latín, junto con la medalla de San Benito.

Cuando son intervenciones más fuertes se forman círculos con piedras y sal que se encienden en fuego y así se expulsa a las entidades. En los casos más ‘demoníacos’, recurre a espejos para reflejar y liberar el espíritu que se resiste a salir.

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