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El espanto se apoderó de los conductores que, la tarde del 5 de noviembre, circulaban por la vía Playas–El Morro. En plena carretera, entre el primer y segundo puente, yacía un cuerpo desmembrado dentro de un saco de yute. A un costado, otro bulto y una gorra negra completaban la escena de horror.
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Quienes pasaban en vehículos y buses no podían creer lo que veían. Algunos afirmaban que minutos antes habían transitado por el mismo tramo sin notar nada extraño. Pero ahora, el silencio del camino se mezclaba con el murmullo de los curiosos y el sonido de las sirenas que se aproximaban.
Según el informe policial, una alerta del ECU 911 movilizó a agentes de la Dinased, Zona 5 Guayas, hacia el lugar. Al llegar, confirmaron la presencia de un cadáver de sexo masculino, decapitado, desmembrado y con las extremidades atadas. Durante el levantamiento, los uniformados realizaron un barrido por el sector, pero no hallaron la cabeza de la víctima, lo que aumentó la consternación entre los presentes.
Horas después, una mujer identificada llegó al sitio y, entre lágrimas, reconoció a su hijo por los tatuajes en los brazos. Contó que el joven trabajaba como conductor de una tricimoto en Playas y que no había regresado a almorzar como de costumbre. Preocupada, salió a buscarlo, sin imaginar el trágico desenlace.
“Por las redes me enteré de que habían encontrado un cuerpo en la vía al Morro… cuando llegué, supe que era él”, dijo desconsolada la madre ante los agentes.
La Policía mantiene las investigaciones para identificar a los responsables de este macabro crimen y determinar dónde fue asesinado el joven antes de ser arrojado en la carretera.
El hallazgo ha estremecido a la comunidad de Playas, donde el miedo y la indignación crecen ante la violencia que se ha tomado sus caminos.
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